Incidente en el Jorge Chávez
A principios del nuevo milenio, un ejecutivo de seguridad del aeropuerto internacional Jorge Chávez me pidió visitarlo en su oficina, el joven ejecutivo me hizo un tour por la torre de control y de las instalaciones del principal aeropuerto peruano recién privatizado, incluyendo las instalaciones de los bomberos aeroportuarios.
El ejecutivo responsable de la seguridad me había dicho que estaba interesado en trabajar con el Centro de Entrenamiento de Bomberos Profesionales que representaba, porque, según me explicó, no tenía relaciones directas con los bomberos voluntarios y ese era un problema que él sentía era parte de los desafios de lograr la máxima eficiencia. Es decir, bomberos amigos, evaluando a otros amigos.
En mi caso quería establecer un plan de trabajo en dos partes. Uno orientado a evaluar la capacidad de los bomberos y optimizar su capacidad de respuesta siguiendo los parámetros de la Organización Internacional de Aviación Civil (OACI) y de la NFPA 403 Standard for Aircraft and Fire-Fighting Services at Airports y la segunda parte, trabajar en la seguridad contra incendios de todo el aeropuerto.
Para iniciar el trabajo, expliqué deberíamos entrenar y certificar a los bomberos aeronáuticos como bomberos I y II bajo la NFPA 1001 Standard for Fire Fighter Professional Qualifications y NFPA 1002 Standard for Fire Apparatus Driver/Operator, después de todo ser bombero aeroportuario es una especialidad y no hay especialidad que valga, sin pasar por lo elemental.
Este fue el primer impase y el único que trabaría el desarrollo del trabajo juntos. El ejecutivo del aeropuerto solo quería entrenar y certificar a sus bomberos basados en la ARFF porque ya eran bomberos estructurales. Sostuve que muchos bomberos cargan deficiencias técnicas y físicas que le impiden alcanzar su potencial completamente. Que es mandatario que como bomberos de aeropuerto sean debidamente certificados como bomberos I, II, materiales peligrosos y como EMT-B como mínimas calificaciones.
Nunca hago trabajos a medias, ese trabajo requiere que se certifiquen apropiadamente como bomberos estructurales antes que nada, pero no se pudo. No estaba dispuesto a poner mi nombre en un proyecto a medias que no me hiciera sentir orgulloso.
20 años después, nos encontramos con este triste incidente que nos deja más preguntas que respuestas y los directamente responsables pagaron con su vida. Todo indica que los bomberos por una razón no entendida hasta ahora cruzaron la pista sin autorización.
Como lo entiendo, la mayoría de los problemas en las empresas se resuelven buscando empleados con la actitud correcta, para entrenarlos debidamente, pero la gerencia debe estar comprometida a resultados reales no a pretender que se trabajó en algo sin pies ni cabeza. Por lo mismo, no puedo dejar de preguntarme, si los bomberos en otra ocasión habían cruzado la pista sin autorización o esta, es la primera vez.
Es necesario entender los parámetros de entrenamiento y la calificación real que tienen los bomberos aeroportuarios del país y que sea una llamada de atención para el resto de Latinoamérica.
José Musse
Washington, D.C.
Foto: Ahmed Muntasir
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