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El Incendio de Barrios Altos

José Musse

Los bomberos han fallado en el incendio de Barrios Altos. No he estado ahí, pero puedo asegurar que ha sido un fracaso total del Cuerpo de Bomberos del Perú. Una afirmación temeraria para alguien que ha estado a miles de kilómetros de distancia.


El incendio que ha ocurrido ha sido extraordinariamente complejo, difícil y sumamente hostil. Los afectados no colaboraban con información veraz y confiable sobre el almacenamiento. La construcción informal hacía imposible que los bomberos pudieran realizar un ataque efectivo, rápido y masivo en los primeros minutos, y aun así, estoy convencido de que los bomberos le han fallado al país nuevamente.


El principio es simple: un servicio de bomberos debe estar a la altura de las potenciales situaciones. En la España de los 70 y 90, nadie podía dudar de que los bomberos estarían a la altura no solo de los incendios regulares, sino también de los ataques de ETA. Lo mismo ocurrió con el atentado contra las Torres Gemelas del 26 de febrero de 1993 y del 11 de septiembre de 2001. En ambos casos, las conclusiones técnicas llegaron a lo mismo: pocos o mínimos cambios y adaptaciones operativas.


¿A qué quiero llegar? El primer y catastrófico incendio de Mesa Redonda en 2001 fue una falla de todos los sistemas de emergencia y control municipal, pero el segundo y los posteriores incendios en el mismo lugar ya son una burla y una mofa a la falta de inteligencia y capacidad de todas las organizaciones competentes que comparten responsabilidades.


El señor Casaretto ocupa ese puesto en la municipalidad de Lima principalmente por ser el vocero y la cabeza visible de los bomberos estatales. Él puede argumentar sobre el bloqueo legal que sufren en los tribunales cuando se clausuran locales por el municipio, lo cual es entendible. Sin embargo, el conocimiento sobre almacenes clandestinos y carga combustible sí es parte de la responsabilidad compartida entre el municipio y los bomberos. ¿Por qué el municipio sabía y no compartió la información a nivel de plan operativo? ¿O es que a los bomberos no les interesó y no preguntaron? Lo cierto es que no hubo un trabajo conjunto que sirviera para algo. Y el principal trabajo de los bomberos es la prevención. Se entiende que no tienen mayor poder para sancionar, pero el poder de planificación es increíblemente poderoso y, al parecer, no se utilizó.

En mis días vistiendo el uniforme rojo, una época marcada por coches bomba e incendios en negocios y centros comerciales, recuerdo haber recorrido ciertos lugares vestido de rojo, preguntando y teniendo acceso a sitios imposibles gracias a esa aura protectora e imparcial, similar a la de la Cruz Roja, que tienen los bomberos, quienes te salvarán sin importar tu raza, credo o ideología política.


Si alguien se mostraba receloso, yo le decía: "No estoy aquí para denunciar, juzgar o clausurar su negocio, ese no es mi trabajo. Quiero saber qué hay para que, en caso de incendio, pueda salvar su mercadería y ayudarlo a que sus hijos no se queden huérfanos".


Por cierto, un día llegué al Centro Comercial Caracol, en el Óvalo de Miraflores, obviamente sin uniforme, con un grupo de bomberos, porque era un potencial objetivo terrorista. Mientras revisaba la red contra incendios, el jefe de seguridad nos echó, y aunque nos identificamos, insistió en que nos retiráramos.


Le dije: "Un día nos van a necesitar y recuerde ese día que nos echaron".


Al llegar a la Compañía Antonio Alarco 60, después del recorrido en Miraflores, sonó la alarma y varias unidades fueron despachadas al Centro Comercial Caracol. Justamente, se había incendiado el local que habíamos estudiado en el segundo piso. El karma es poderoso.


Los incendios no se apagan el día que ocurren. Se apagan o dejan de apagarse seis meses antes. Planificación, coordinación, ejercicios y entrenamiento de bomberos y otras partes involucradas.


El señor Alfonso Panizo se ha quejado en televisión nacional sobre la actuación del Ministerio de Vivienda y la necesidad de montacargas. Bueno, desde el incendio en las tiendas Maruy en 1986 quedó claro que se necesitan montacargas, seguramente hubo otros incendios antes. El jefe Ítalo Potesta Hurtado se lo propuso a Tulio Nicolini, quien lo rechazó; fui testigo presencial. ¿Por qué no? Bueno, ¿quién quiere un montacargas? Es aburrido, no es tan vistoso como un camión de bomberos con sus luces brillantes. Además, requiere arreglos especiales.


Muy bien, ¿qué tal acuerdos y planes de uso con el Ministerio de Vivienda, donde los pilotos pudieran ser bomberos para tener una misma línea de mando? Bomberos operando montacargas, grúas y cargadores frontales tendrían múltiples usos en desastres naturales, como el colapso de estructuras, inundaciones y la prevención de desbordes de ríos.

Panizo quiere ser jefe, siempre lo ha querido ser. Debería trabajar y actuar como uno, con visión de liderazgo, y no solo para su negocio, lo cual en sí representa un conflicto de interés y es desleal para el CGBVP.


Don Alfonso Panizo vende ideas de seguridad y planes de emergencia a empresas. ¿Podría hacer uno sin cobrarle al CGBVP?


Hay otros detalles que, con solo ver la transmisión a miles de kilómetros, me confirman que la organización en la escena falla. A un alto oficial de bomberos —cuyo nombre omitiré intencionalmente— le preguntaron cuántos bomberos estaban trabajando en ese momento. No supo responder. Si él era el Comandante del Incidente, esa es una respuesta obligada y precisa. Y si no lo era, debió preguntar y dar la respuesta. Esto indica desorganización en la escena, un indicativo muy negativo.


Luego, este oficial indicó que ya se había establecido el Puesto de Comando, señalando un lugar que la cámara no mostró. ¿El puesto de drones lejos del Puesto de Comando? Deberían estar integrados en un mismo lugar. Nuevamente, un indicativo de desorganización y falta de control en la escena. Me gustaría saber la razón para hacer algo tan poco convencional. En principio, la idea es concentrar toda la información en un solo lugar. Ese es el poder de un Puesto de Comando.


Una falla tremenda.


No tengo idea de las órdenes iniciales ni de cómo encontraron la escena en los primeros minutos los bomberos. Los primeros seis minutos definen las siguientes seis horas, y estas, a su vez, se decidieron hace seis meses, como ya he explicado. Lo que sí me llamó poderosamente la atención fue ver a un bombero con barba.


Un bombero con barba es una contradicción y una aberración a todo lo que sabemos sobre seguridad.

No, un bombero con barba no puede esperar que el sello de la mascarilla del equipo de respiración autónomo (ERA) sea hermético. La NFPA 1500 (Standard on Fire Department Occupational Safety and Health Program) y la norma OSHA 1910.134 (Respiratory Protection Standard) establecen que el vello facial no debe interferir con el sellado de la mascarilla del ERA.

La razón principal es que cualquier vello facial entre la piel y el sello de la máscara puede permitir la entrada de humo, gases tóxicos o partículas, poniendo en riesgo la seguridad del bombero. Las pruebas de ajuste (fit test) que exige OSHA no se aprueban si hay presencia de barba o bigote en la zona de sellado.


Víctor Potestá Bastante, quien fue Comandante General en más de una oportunidad, usaba barba y fue criticado varias veces por ello. Su orgullo fue más poderoso que la razón.


No, no es solo un caso aislado. Una cadena es tan fuerte como su eslabón más débil. Esto evidencia un cuerpo de bomberos con falta de disciplina, sin supervisión ni protocolos efectivos. Este es un cuerpo de bomberos de tercera o cuarta clase, inadecuado para una megaurbe como Lima.


Más allá de eso, refleja falta de profesionalismo. Por ello, concluyo que los bomberos, otra vez, le han fallado al país.


Al final, todo se reduce a lo que ya escribí inspirado en Sun Tzu:

"Muéstrame a los soldados y generales, y te diré si ganarán la guerra."



José Musse

New York City

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