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El Bombero Súper Estúpido

  • José Musse
  • Jul 19
  • 3 min read
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Recientemente leí en LinkedIn una publicación del Division Chief Alan Stahl sobre un rookie que llevaba, con aparente orgullo, un botón en el pecho que decía "NO NFPA". El jefe Stahl analizaba el atrevimiento de un bombero inexperto que, desde su nivel de entrada (entry level), ya rechaza normas y estándares establecidos. Si bien la NFPA (National Fire Protection Association) no es una organización perfecta, su contribución al desarrollo de protocolos que salvan vidas en la prevención y en la respuesta a emergencias es simplemente incuestionable.


Este tipo de rechazo, aparentemente trivial, plantea una pregunta más profunda: ¿hasta qué punto comprendemos lo que significa actuar con responsabilidad profesional?


Comprensión, inteligencia y sentido común


Desde una perspectiva académica, una persona con un coeficiente intelectual (CI) inferior a 85 se considera por debajo del promedio. En Estados Unidos, el CI medio es de 100. Un estudio del Departamento de Educación publicado en 2023 reveló que aproximadamente el 21 % de los adultos tiene dificultades para entender instrucciones básicas. En términos prácticos, eso significa que una de cada cinco personas no puede completar correctamente un formulario o seguir procedimientos sencillos.


En evaluaciones como el ASVAB (Armed Services Vocational Aptitude Battery), utilizadas para el ingreso a las Fuerzas Armadas, se filtra a los aspirantes según su capacidad para resolver problemas de lógica, matemáticas, comprensión verbal, razonamiento mecánico y ciencia general. Aunque el ASVAB no mide directamente el CI, sus resultados se correlacionan con pruebas como el AFQT (Armed Forces Qualification Test), donde los percentiles más altos (90 a 99) suelen corresponder a individuos con un CI de 130 o más.


Por lo tanto, existen filtros objetivos que impiden el ingreso de personas con capacidades cognitivas muy limitadas a ciertas profesiones de alta exigencia. Sin embargo, la inteligencia medida por pruebas estandarizadas no lo explica todo.


Las leyes de la estupidez, según Cipolla


El historiador italiano Carlo M. Cipolla, en su ensayo "Las leyes fundamentales de la estupidez humana", propone un enfoque diferente: la estupidez no está ligada necesariamente a un bajo coeficiente intelectual. De hecho, según Cipolla, personas con altos niveles de educación y CI también pueden comportarse de forma estúpida. La estupidez, en su definición, consiste en causar daño a otros sin obtener ningún beneficio personal o incluso saliendo uno mismo perjudicado.

Desde esta perspectiva, alguien que luce un pin de "NO NFPA", no solo está rechazando estándares que salvan vidas, sino que además influye negativamente en quienes lo rodean. Lo hace sin un análisis profundo y posiblemente sin comprender la magnitud del daño potencial.


Tipos de bomberos en relación con la inteligencia y la estupidez


Aplicando estas ideas al mundo de los servicios de emergencia, podríamos identificar al menos cuatro tipos de bomberos:


  • El bombero consciente y competente: Sabe que puede quemarse, pero evita hacerlo y también protege a los demás. Analiza las situaciones, toma decisiones informadas y actúa de forma segura y eficiente. Este es el perfil ideal, resultado de entrenamiento constante, estudio y compromiso personal.

  • El bombero ignorante e imprudente: No sabe que puede quemarse y se quema. Es la persona que no sabe que no sabe. Tiene una formación deficiente y no toma la iniciativa para mejorar. Aunque haya fallas en su instrucción inicial, tiene la responsabilidad de aprender por su cuenta. Para Cipolla, este sería un estúpido claro: alguien que se hace daño a sí mismo y pone en riesgo a los demás.

  • El bombero inconstante: A veces entrena, a veces estudia, pero con largos periodos de desinterés físico o intelectual. Su progreso depende más de las políticas institucionales que de su motivación interna. Puede mejorar, pero también puede estancarse si no se le orienta adecuadamente.

  • El bombero “superestúpido”: Sabe que puede quemarse, se quema y deja que otros también se quemen. No solo rechaza aprender o mejorar, sino que además promueve ese estancamiento entre sus compañeros. Es el tipo de persona que convierte su ignorancia en identidad, y hasta la exhibe como insignia, literal o simbólicamente, al llevar un pin de "NO NFPA".


En los servicios de emergencia, la profesionalidad no se mide solo por la fuerza física o los años de servicio, sino por la capacidad de pensar, cuestionar con criterio y aprender continuamente. Rechazar estándares como los de la NFPA sin entender su propósito es más que ignorancia. No se trata de obedecer ciegamente normas, sino de entender por qué existen. Y si alguna vez sentimos el impulso de burlarnos de ellas, quizás sea momento de preguntarnos si estamos actuando desde la inteligencia.



José Musse

New York City

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