- José Musse
Pensión y beneficios del bombero
Me formé como bombero en una época muy difÃcil para el Cuerpo de Bomberos del Perú. No habÃa dinero. No solo vivÃamos en una sociedad castigada con una violencia de un grupo radical comunista, que habÃa declarado la guerra al paÃs sino que el mal manejo de un gobierno causó un shock a la economÃa y como resultado con el sueldo de un mes solo se podrÃa comprar dos cajas de fideos. Una hiperinflación de 2 millones llevó a la nación a un masivo empobrecimiento.
El Cuerpo de Bomberos habÃa pasado una historia republicana convulsionada. Sus miembros inicialmente eran socios. Pagaban cuotas para ser parte de la institución, que era totalmente privada. Con ese dinero comunal de los asociados se mantenÃan las instalaciones y cada uno era responsable de comprar y pagar su uniforme. Sin dinero, no se podÃa ser bombero. Esto puede ser cuestionable, pero como ya antes he explicado sobre el altruismo, que se manifiesta también en los animales, solo es posible entre los más fuertes y capaces. Ayudar a otros implica que nosotros no necesitamos ayuda, que somos más fuertes.
Si no se puede pagar una cuota o un uniforme de bombero, mejor serÃa que esa persona trabaje en él mismo. Regalar 5 o 20 horas semanales es imprudente para él y su familia. Mejor invertirlos en un segundo trabajo o en aprender habilidades que nos hagan más competentes en el mercado laboral que nos permita mayor ingreso. Asà que tiene sentido no ser admitido. En el reino animal el macho alfa es el que protege a la manada, el que sale a enfrentar las amenazas, no el más débil.
Sin embargo, al ingresar como aspirante habÃa un nuevo beneficio. Transporte público libre para bomberos y eso, habÃa tenido un efecto secundario. Las unidades bomberiles habÃan visto
crecer el número de aspirantes. Muchos de ellos interesados en el nuevo beneficio. No en ser mejores bomberos, ayudar o aprender cómo ser un buen sirviente de la comunidad.
Algo importante pasaba entre las tradiciones de la Cia. de Bomberos Antonio Alarco 60. No habÃa uniformes nuevos, pero todo aspirante a bombero accedÃa a uno. DebÃa trabajar duro, tan duro que algún bombero ya establecido le darÃa uno de los que poseÃa, apadrinandole. Por tanto, el aspirante debÃa ganarse la buena fe y voluntad del resto de bomberos. Ese uniforme debÃa ganárselo a pulso. TenÃa que probar que era lo que debÃa ser.
Para cuando decidà nunca más pisar el suelo de mi unidad y desarraigarme de la entidad bomberil, la situación era muy diferente. Los aspirantes a bomberos exigÃan uniforme. Un dÃa en la sala de máquinas me encontré a dos aspirantes que lucÃan molestos, les abordé y me contaron la razón. VenÃan a hablar con el Capitán y saber cuándo diablos pensaba darles uniforme. La cultura de pedir y exigir habÃa ganado.
La abundancia y riqueza llegó a tal punto que la entidad estatal de bomberos comenzó a dar autos a sus oficiales. VehÃculos oficiales para uso y abuso también. Para ir a la playa, a la fiesta, hacer un viaje interprovincial, etc. VehÃculo, mantenimiento y combustible gratis. Ser bombero era ser un privilegiado para muchos. Esos privilegios hicieron más atractivo el cuerpo de bomberos.
Una guerra interna se empezó a perder. Un grupo de bomberos que no creÃa que los recursos deberÃan usarse de tal forma y un ejército de personas que crecÃa en número buscando más beneficios personales. Una minorÃa debilitada y una mayorÃa creciente y delirante. Fueron esas peticiones tan ridÃculas que quisieron que el gobierno les diera el grado de general a algunos de sus oficiales. Esta idea fue liderada por Mario Casaretto.
El Cuerpo pasó de ser una elite de gente adinerada a una muchedumbre de cualquieras. Ni uno ni otro son buenos, pero al menos el primer grupo no estaba angurrienta saqueando los recursos estatales y escudándose en supuestas intenciones humanitarias.
El Cuerpo de Bomberos del Perú es el mejor lugar para cualquier frustrado o fracasado, ese que no ha trabajado en construir una carrera, que para ganar algo debe decir ⎯⎯soy bombero⎯⎯
Auto, combustible, vivienda. Pues muchos no han tenido casa y han hecho de las camas de la guardia nocturna por décadas su vivienda. Ahora vacunación contra Covid prioritaria. Siendo expulsado como Juan Piperis o no asistir por años, como lo ha permitido el padrón de los inútiles, que siempre tienen una excusa para justificarlo todo.
Este desmedro nunca fue accidental. La destrucción del cuerpo de bomberos fue un trabajo de un grupo que siempre vio la entidad bomberil como la respuesta a sus problemas de vida, sus fracasos, sus frustraciones y ahora han logrado su pensión de jubilación.
La simple pregunta es ¿qué recibe el paÃs a cambio? Bomberos obesos, demasiado endebles, sin gozar de buena salud, muy bajos de talla y en pésimas condiciones fÃsicas para llevar adelante el mÃnimo del trabajo de un bombero, con un pobrÃsimo entendimiento técnico.
Básicamente cuando hay un incendio todo se quema. A la izquierda todo son cenizas hasta que se encontró con un muro de ladrillos. A la derecha todo destruido, hasta que el fuego se topó con otro muro de ladrillos y al fondo lo mismo. Los bomberos peruanos no hacen búsqueda y rescate en incendios, solo lanzan agua desde afuera.
Se quemó todo, más el costo de agua, vehÃculos de bomberos, etc. Un paÃs pobre que trabaja diariamente para empobrecerse.
En lugar de tener una plantilla de 200 voluntarios poco útiles por unidad y el costo al paÃs de mantenerlos. Mejor 24 asalariados.
Bomberos con salario ya es la realidad del paÃs y sin embargo, siguen auto llamándose bomberos voluntarios. En un paÃs de ciegos, el tuerto es rey. Nadie ve el desmedro, ni problema alguno. Hay quienes merecen los gobernantes que tienen.
José Musse
New York
Foto: Vladislav Reshetnyak